26 de julio de 2008

La Oportunidad (by J()¢hØ)

De un minuto a otro, el sueño les hizo creer que el tic-tac del reloj hacía ecos, cada vez más numerosos, cada vez más pesados. Se volvían infinitos, ensordecedores. Se oían cada vez más secos, más distantes, volvían, molestaban, se iban, los llevaba dentro de un estado más comprometido. Ese punto en el que es difícil saber cuál es la realidad, donde todo se confunde. Los ecos, la oscuridad verdosa e impenetrable. El todo se volvía una mezcla del todo. Sólo un elemento resaltaba más que ninguno: el verde era cada vez más verde. Ya no era oscuridad. Era luz verde y oscuridad en sí misma. Alguien había mezclado la oscuridad con la luz verde. En un momento, parecía poder palparse el ambiente, rasgarlo, morderlo, pero no existía coraje suficiente en la habitación.
Entonces llegaron ellos. Eran el todo y eran nadie. Me preguntaron más tarde, mucho más tarde, quién los había hecho dueños de sus vidas. No supe responderlo en aquel momento, ni sé hacerlo ahora. Lo cierto es que todo fue como un torbellino, nunca podrían haber reaccionado a tiempo. Ya no estaban en casa. Ni siquiera se veían como ellos mismos. Flotaban en el aire más denso de los aires, respiraban una calidez dulce pero amenazadora. No sabían qué esperar, ni querían escapar. Sentían que debían ser castigados, y eso era todo.
Los abrieron, todos al mismo tiempo. Les sacaron una sustancia verde y pegajosa, tan grande como sus propios cuerpos. Luego, los volvieron a cerrar para mostrarles la inmundicia que habían llevado por dentro. Todo ocurrió en un segundo, como en ese segundo en el que uno cae en la cuenta de que ya perdió todo lo que tenía en el mundo, por haberlo descuidado. Tan repentino fue.
La sustancia verdosa hedía tremendamente, inimaginablemente. No hacía falta pensar demasiado para darse cuenta de cuán mal habían estado haciendo las cosas. Si hubieran podido ponerse de rodillas y suplicar perdón, lo habrían hecho. Las palabras no existían para poder describir lo que traspasaba sus conciencias. Toda la esperanza que tenían era una frase. “Nunca es demasiado tarde”, era todo lo que querían saber. Pero ¿cómo deshacerse ahora de la inmundicia? Ya no se podía dejar debajo de la alfombra, no existía el espacio suficiente. Había que destruirla, o seguiría creciendo. No necesitaron discutirlo, todos llegaron a la misma conclusión, al mismo tiempo. Tenían que tragarse la inmundicia y destruirla de afuera hacia adentro, y eso llevaba tiempo, mucho tiempo. Así fue.
Cuando creían que podían volver al fin, se les dio un pequeño recordatorio para que no olvidaran su misión. Los estiraron, los exprimieron, los censuraron, los pelaron, los expusieron, los desnudaron en su plena totalidad. Los humillaron por hacerles un favor. Por último, le dieron una llave dorada a cada uno, y cada quién debía encontrar el modo y el tiempo correcto para usarla, o perecerían más temprano que tarde. Y eso en sí mismo, era quizás una misión infinitamente más difícil que la anterior.
Cuando todo estuvo listo, sin previo aviso, la luz verde volvió, ésta vez fría, cruda, descarnada y totalmente enceguecedora. Y se fueron, junto con la luz. Y de golpe hacía frío y por un instante, dolió la propia existencia. Y el tic-tac del reloj ya se oía nuevamente, totalmente despojado de su humedad. El aire se desplazaba libre pero lento. La oscuridad menguaba, cambiaba de tonalidad para volverse azul transparente. Un nuevo día nacía, gritando que aún no era demasiado tarde. Ahora y no luego, era el momento adecuado para incorporarse y entregarse completamente a la vida. Sabían de sobra que el tiempo es imposible de retroceder. La esperanza se basaba en cuidar el momento, y no necesitar voltear para mirar hacia atrás. Si todo salía bien, no habrían más dudas de que el camino estaba bien construido. Respiraron hondo y se lanzaron a la carrera.

(by J()hØ)

"Las oportunidades pequeñas son el principio de las grandes empresas"

22 de julio de 2008

Drei

Este blog acaba de cumplir 3 años.

¡Qué rápido crecen!
"Tras cada bocado, un trago, sería demasiado; pero tras cada tres, justo es."

15 de julio de 2008

Chichón

Con respecto al post anterior... a ver, ¿cómo lo podría resumir? Mmm... Me tiré a la pileta de cabeza y no había agua. Quise encender la tele pero no había electricidad. Me puse el piloto pero no llovía. Lancé el humo blanco pero non habemus papam. Me fui a la panadería y estaba cerrada. Me fui a la playa y estaba nublado. Quise llamar pero no había sistema. Me pincharon el globo. Me cortaron el mambo. Me plantaron en el altar. Fui a cobrar el cheque y no tenía fondos. Le regalé un espejo pero era vampiro. Arranqué todos los pétalos y no me quería. Le convidé bombones y era diabético. Me fui a Londres y no había niebla. Me calentó la pava y no se tomó el mate. Llegué a Ciudad Esmeralda y el mago no me quiso atender. Me vendieron gato por liebre. La ventanita del amor se me cerró. Puse dólares y me devolvieron pesos. Froté la lámpara y no salió nada. Le hablé por horas y era sordo. Le quería ver las piernas y era sirena. Creí que era Coca pero era Pepsi. ¡¡¡Yo juego ajedrez pero él prefiere las damas!!!

No sé si me explico...
"...cuando uno tiene sed, pero el agua no está cerca..."

12 de julio de 2008

Infatuated

Tus ojos negros me hacen estremecer. Tenés la belleza que hace rato nadie tiene y tus movimientos irradian dulzura. Cuando te me quedás mirando así, me acercaría y te besaría despacito, con la delicadeza que vos te merecés. Quiero recorrer con mis manos las formas de tu espalda, las formas de tu cara. Si tan sólo me animara. Sin tan sólo te animaras. Conocerte sería mi felicidad. Enredar mis dedos en tu pelo sería como un sueño y hacerte sonreír, sería para mí el más preciado de los trofeos. Escucharte hablar por horas, embobado por la visión de tu belleza, conectándose con mis sentidos. ¿Qué pasa por tu mente? ¿Por qué te detenés a mirarme de esa manera? No puedo evitar sonrojarme, y eso es mucho decir.

¿Me vas a obligar a dar el primer paso?

"Hey, hey, set me free. Stupid cupid, stop picking on me."