Hoy recordé mi infancia. Llevé a mi sobrino a un parque infantil. Cuando yo tenía su edad, en este pozo donde vivimos no habían calesitas, no habían peloteros. Con suerte tenía las hamacas de la plaza a la vuelta de mi casa. Y a veces ni siquiera iba porque un imbécil y su hermano descargaban la bronca que le tenían a sus padres, conmigo. Por suerte estaba Laura, mi mejor amiga del barrio. Mis mejores recuerdos con ella suceden en el invierno del '95, armando muñecos de nieve y esas cosas que uno hace cuando el mundo es mucho mas grande y el tiempo es infinito. El destino decidió que debía morir con tan sólo 13 años. Sólo me quedan los recuerdos de ella, una foto descolorida de un diario de hace 10 años (los accidentes aéreos son muy publicitados), y el poema que me escribió alguna vez en la que nos peleamos. Es curioso como el tiempo logra roer los recuerdos, ponerles un tono surrealista, cambiarles el color. No veo más que unos segundos de movimiento, una gran bola de nieve que formaría el cuerpo de un muñeco que más tarde se derretiría... al igual que muchas de nuestras ilusiones.
A no engañarse. Estoy bien.
"Der Mensch gehört nicht in die LuftSo der Herr im Himmel ruftseine Söhne auf dem WindBringt mir dieses Menschenkind"
2 comentarios:
yo quiero estar en ese columpio con _ _ _ _ :'(
hola jo che que mal lo de tu amigo pero sabes que yo esto`y para todo lo que necesites te quiero mucho y creo que a esta altura te considero mi mejor amigo vanesa
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