Cuando descubrís que ya no te creés las promesas que te hacés a vos mismo, el nivel de acostumbramiento maligno del que estás preñado es altísimo. Pero realmente ésta vez siento que hay ciertas cosas que no volveré a hacer al menos en ésta etapa de mi vida. ¿Estaré cerrando una fase; una costumbre que ya está muy desgastada? Y es que ir a la montaña rusa es divertido por un tiempo, pero con el paso de los años te das cuenta que ya no te queda más que el mareo cuando llegás a casa. Ni siquiera un buen recuerdo que me haga sentir que valió la pena. Sí, quizás en el momento... está bien. Pero el después, el maldito después... En fin.Y si no entendiste mi metáfora, etcétera.
"El príncipe azul destiñe en el primer lavado."
